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Posts Tagged ‘producción’

Estos dos canales temáticos ocuparán esta entrada. Será una de las últimas veces en labutacaempresarial que nos dirigimos a nuestros lectores como alumnos de Empresa Informativa. Quiero decir, que se acaba el curso y toca examinarnos de la asignatura, así que este blog, como ejercicio académico, llega a su fin, ya informaremos de una posible reapertura.

Cinemanía

Cinemanía

Pues bien, por si alguién no sabe qué es Documanía o Cinemanía les explico que son dos canales temáticos de producción española dedicados, como no, al Cine. Lo especial de éstos es su historia: su lanzamiento suponía un verdadero hito en el panorama televisivo del momento, allá por 1993.  Con ello se ampliaba la oferta de ocio televisivo que se producía en España, hasta entonces integrada por las televisiones públicas y unas jóvenes cadenas privadas. Así, el 1 de marzo de aquel año, Cinemanía y Documanía se convertían en los dos primeros canales de televisión por satélite en lengua castellana, dirigidos a la audiencia española.

Aquellas emisiones eran promovidas por Sogecable, y gracias a la cuales se introdujo en España un nuevo concepto de Televisión: la televisión temática.

Con el tiempo, fueron surgiendo nuevos canales temáticos como Cineclassics (cine clásico), Minimax (infantil) y Sportmanía (deportes), sostenidos por CanalSatélite, pero los que mejor adaptación y más respuesta recibieron por los espectadores (traducida en número de socios del paquete de televisión) fueron Cinemanía y Documanía. Con una programación totalmente compuesta de temática sobre cine y documental,  pronto se convirtieron en los canales con mayor notoriedad de marca dentro de sus respectivos grupos temáticos.

Actualmente ambos canales se distribuyen a través de Canal Satélite Digital y de las principales redes de cable, y cuentan con más de 1.498.000 abonados en el caso de Documanía y 323.000 en el de Cinemanía, lo que supone una audiencia potencial de más de 5.240.000 y de 1.150.800, respectivamente.

Estos canales son una muestra más del tirón tan fuerte que tienen estos temas en el público. El cine sigue estando vigente y no aparenta que vaya a extinguirse. Pese a modificaciones sobre el formato de las que hablaba Lucía en un anterior post, el cine, con su capacidad comunicativa, sigue siendo una herramienta muy importante a la hora de transmitir información.

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Siguiendo la idea de Ángel de explicar los papeles de los distintos cargos o funciones que ocupan determinadas personas para la elaboración de una película, en este post me gustaría destacar el papel del GUIONISTA. La definición de este trabajo es en un principio bastante sencilla: el guionista es la persona encargada de elaborar el guión de la película, narra la historia puesta en boca de los personajes. Pero, el trabajo es mucho más complicado e implica que el guionista tenga unas facultades y capacidades determinadas. El guión es importante, dan premios a “mejores guiones” de las películas y además, el que lo elabora contribuye indirectamente en los beneficios económicos que se conseguirán con la producción.

No se puede decir que haya unas pautas universales para crear un guión. De hecho, casi siempre es según las preferencias del director. Se me viene a la mente la película “2001: odisea en el espacio”, una producción destacable y que carece de un guión extenso. De hecho, creo que durante la hora y media, dos horas que tiene de duración, más o menos, el total de tiempo en el que los personajes hablan es de veinte minutos.

 

 

En la elaboración del guión, el guionista debe pensar siempre que el texto que escribe será filmado. El guión lo tiene que fusionar con las imágenes y el sonido que formarán la película. Es una parte fundamental del film, pero no es la película. Además, de estar condicionado a la producción, el guión debe estar pensado para un público como consumidor. Así, el guión debe atraer la atención del consumidor con diálogos de tensión y de intriga. En general, el guionista tiene que diferenciarse del novelista, tener en cuenta los demás elementos en la elaboración de una película.

Si he querido destacar el papel del guionista mediante este post es porque, como he dicho al principio, contribuye a los beneficios de la producción y, aunque el guión no sea la película, sin él, no habría producciones.

 

huelga guionistas

A finales del 2007 los guionistas de Hollywood hicieron huelga por considerar que no cobraban lo que se merecían. 12.000 guionistas afiliados al sindicato de guionistas de cine y televisión en Estados Unidos (WGA) paralizaron la producción de películas en esta fecha. Esta huelga afectó a la programación de Norteamérica, todas las series estadounidenses de actualidad cuentan con una de sus temporadas con escasos capítulos debido a la huelga. El cine, al contrario, no afectó demasiado, ya que en dicha fecha contaban con guiones perfectamente terminados para hacer frente a la huelga. En noviembre del 2007, el cine de Hollywood recordó y temió lo que ocurrió en 1988, la huelga que duró 22 semanas y que hizo que la industria del cine perdiera más de 500 millones de dólares.

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Lars Von Trier, director de cine Dogma95 más conocido

Lars Von Trier, director de cine Dogma95 más conocido

 

Desde que comenzamos este blog hemos hecho referencia a muchos tipos de producciones. Desde las conocidas, comerciales películas de Hollywood protagonizadas por los actores más glamorosos, películas de cine Indio de Bollywood, producciones españolas, cine independiente, cine mudo… cada uno de estos tipos tiene su especial y caracterizada forma de producir películas que consigan el interés del público y conseguir así, como ya hemos repetido infinidad de veces, un beneficio económico.

Ahora, me gustaría destacar otro tipo de cine, aún menos conocido por la sociedad. Éste es el CINE DOGMA 95, considerado como un movimiento fílmico desarrollado en 1995 por directores daneses. La característica fundamental de las películas que se encuadran en este cine es la ausencia de una post-producción muy elaborada. Sus producciones ponen el énfasis en el desarrollo dramático.

Lars Von Trier, Thomas Vinterberg y Soren Kragh-Jacobsen son los tres directores de cine que crearon este movimiento mediante la difusión de un documento en el que planteaban la necesidad que un cambio del cine actual. Entre ellos, implantaron una seria de reglas que los directores tenían que cumplir a la hora de la producción de las películas si deseaban que se calificaran como cine Dogma. Con estas normas buscaban realizar un cine más realista, buscar la verdad profunda. Estas normas fueron denominadas como el voto de castidad que, en palabras textuales, dice así:

“Juro que me someteré a las reglas siguientes, establecidas y confirmadas por:

  1. El rodaje debe realizarse en exteriores. Accesorios y decorados no pueden ser introducidos (si un accesorio en concreto es necesario para la historia, será preciso elegir uno de los exteriores en los que se encuentre este accesorio).
  2. El sonido no debe ser producido separado de las imágenes y viceversa. (No se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda).
  3. La cámara debe sostenerse en la mano. Cualquier movimiento -o inmovilidad- conseguido con la mano están autorizados.
  4. La película tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada. (Si hay poca luz, la escena debe ser cortada, o bien se puede montar sólo una luz sobre la cámara).
  5. Los trucajes y filtros están prohibidos.
  6. La película no debe contener ninguna acción superficial. (Muertos, armas, etc., en ningún caso).
  7. Los cambios temporales y geográficos están prohibidos. (Es decir, que la película sucede aquí y ahora).
  8. Las películas de género no son válidas.
  9. El formato de la película debe ser en 35 mm.
  10. El director no debe aparecer en los créditos.

 ¡Además, juro que como director me abstendré de todo gusto personal! Ya no soy un artista. Juro que me abstendré de crear una obra, porque considero que el instante es mucho más importante que la totalidad. Mi fin supremo será hacer que la verdad salga de mis personajes y del cuadro de la acción. Juro hacer esto por todos los medios posibles y al precio del buen gusto y de todo tipo de consideraciones estéticas.

Así pronuncio mi voto de castidad.

Copenhague, Lunes 12 de marzo de 1995.

En nombre de Dogme 95,

Lars von TrierThomas Vinterberg

 

Como se puede observar en el voto de castidad, las producciones de esta corriente fílmica son bastantes sencillas. Luchan, sobre todo, contra las tendencias actuales del cine de la supremacía de las nuevas tecnologías por encima de la calidad de la obra, luchan contra la comercialización. Las películas de Dogma 95 no son muy conocidas, pero un ejemplo es El proyecto de la bruja de Blair, que no pudo ser calificada dentro de este movimiento por no cumplir la regla 8, por ser una película de género, más concretamente de terror. Aunque esta película no se encuentra dentro de este movimiento, se acerca mucho y se utiliza con frecuencia para explicar en qué consiste este cine.

 

 

Por suerte, aunque Hollywood siga teniendo el monopolio de las producciones, podemos disfrutar del cine desde otras alternativas, que a pesar de no ser muy conocidas, están ahí y no por tener menos dinero para publicitarlas significa que las producciones sean de peor calidad.

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Llevamos muchos post dedicados a productores, Hollywood, festivales, cine en general… pero ¿qué hay del cine español como industria? Creo que no hemos hecho suficiente alusión a la producción cinematográfica autóctona.

No podemos hablar de industria del cine español sin hacer un breve paréntesis para ver un poco lo que es una «industria«. Pues, simple y llanamente, un conjunto de sectores que ayudan a la generación de un producto -llámese película- que puede ser comercializado en un mercado (o varios: cinematográfico, televisivo, etc.). Estos sectores que en conjunto forman la industria del cine son, básicamente, la producción, distribución y exhibición, de los que llevamos tiempo hablando. No obstante, hay que apuntar que estos tres sectores no se sostendrían si no fuese por todo un conjunto de empresas técnicas auxiliares sin las cuales no podría sobrevivir la industria del cine. Y es que el cine, como casi toda empresa de la índole que sea, siempre necesita de otras empresas, de otros sectores, para salir adelante.

Ya tenemos la base, ahora necesitamos los «resultados». ¿Que porqué resultados lo escribo entre comillas? Porque es más apropiado llamarlos «efectos secundarios» que resultados o beneficios lo que genera el cine español.

Un ejemplo:

Señores, ¿oyeron hablar de que se estaba haciendo la película de Manolete? ¿La han visto? ¿Recuerdan haber comido palomitas mientras comentaban la prominente nariz de Adrien Brody? ¿No verdad? Si es que no se ha llegado a estrenar. Más de 20 millones de euros tirados a la basura. Y se hizo en 2006. Por lo visto a los americanos eso de que salga un toro sangrando no le hace gracia. De acuerdo. Pero, ¿qué pasa que no existe nadie más  allá de los americanos? Más de lo mismo.

En realidad, se parece a Manolete

En realidad, se parece a Manolete

Según el Observatorio del Cine Europeo, de las 173 películas de facturación española, 43 no llegaron a proyectarse. Por allá en el 2003 se hablaba de crisis del cine español, y parece ser que la cosa no ha cambiado mucho: en 2008 nuestras pantallas contaron con 9 millones (¡NUEVE MILLONES!) de espectadores menos que en 2007.

Un servidor piensa igual que David Trueba, el director de Two much. Si la industria cinematográfica dependiese del Ministerio de Industria y no del de Cultura, y se le tratase como a las televisiones (a las que ahora se les ha permitido fusionarse) o la telefonía, la cosa cambiaría bastante. Ya se sabe que en este país no se trata igual a la empresa que a la cultura.

Algo está fallando en España en cuanto al cine, y más vale que se arregle pronto porque entre Hollywood, Bollywood y Nollywood (de Nigeria, el segundo país que más films produce, después de la India y por encima de EE.UU.) España se está quedando en la cola poco a poco.

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La información sobre cine nos llega desde muchos medios de comunicación que al fin y al cabo son empresas. Compañías que buscan unos beneficios y que, en bastantes ocasiones, ven cubierto su objetivo ofreciendo programas dedicados al cine. En radio y televisión, además de incluir en algunos programas espacios en los que se debate sobre el cine, cuentan con programas especializados en la producción cinematográfica. Hay revistas de cine, periódicos que incluyen a diario la cartelera de las taquillas, y suplementos de prensa (Babelia, suplemento semanal de El País, que más de uno lo conocerá bastante) que ofrecen también informaciones para que la sociedad conozca el mundo del cine. Pero la producción de estos programas requiere un esfuerzo, una recogida de datos, en definitiva, el trabajo de los periodistas dedicados a divulgar las creaciones cinematográficas.

Por lo general, las empresas informativas no cuentan con un centro de documentación específico sobre cine. Por ello, suelen acudir a la documentación RTVE (Radio Televisión Española) para conseguir la información que necesitan para la elaboración de sus programas. No obstante, dependiendo del tipo de cine que se trate en el programa la recogida de datos y documentación será variable. Por ejemplo, si uno se dedica al análisis de las nuevas producciones, la información la podrá recoger de los mismos creadores o de las distribuidoras. En cambio, otro dedicado al cine más antiguo, tendrá que necesitar con mayor frecuencia los archivos y los centros de documentación.

Según la obra realizada por Luis Cano y Juan Pol, “La Documentación de los Programas de Cine en Televisión”, el proceso de documentación para elaborar dichos programas se desarrolla, fundamentalmente, mediante dos fases:

  1. Recepción, búsqueda y selección de la información. Trabajo realizado por el equipo de producción, que prepararán la información para ser tratada posteriormente.
  2. Tratamiento de la información. De este paso se ocuparán el equipo de redacción, que clasificarán la información en función de la estructura del programa específico de cine.

En principio, se podría hacer una clasificación de los programas de cine en televisión entre los que se dedican a las películas actuales como el conocido programa “Cartelera”, y los que intentan que el cine de hace unas décadas no quede en un segundo plano por la imposición de las nuevas tendencias cinematográficas, como “Versión Española”, dedicado específicamente a las películas españolas producidas en los años 60 más o menos. Pero hay más programas que traten el tema, como el caso de “Días de Cine” dedicado específicamente a la crítica y a analizar los festivales de cine. “Estamos rodando” es otro programa que ofrece los making off de las nuevas películas.

RNE (Radio Nacional de España) cuenta también con varios programas de cine para que los aficionados a la radio puedan estar al día sobre las producciones, ofrecen críticas cinematográficas, analizan las producciones… éstos programas son “De película”, “De Cine”, “Cinésporas” y “En Escena”.

Y en revistas, se destacan dos fundamentalmente. La primera “Dirigido Por” que  «publica estudios de la obra de grandes directores alternando los clásicos, los modernos, entrevistas y dossier sobre temáticas determinadas. Y Fotogramas, otra fuente de referencia cinematográfica que ha ido con el paso del tiempo incorporando los nuevos soportes, desde la televisión al video, el DVD e Internet.”

 

El tema del cine, aunque se encuadre en la sección de cultura, apartado desvalorizado en los últimos tiempos, aporta información que interesa a la población y que, por tanto, aporta beneficios económicos a los medios de comunicación que, como he dicho al comienzo de este post, son empresas al fin y al cabo, empresas informativas.

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¿Saben que es lo curioso de todo esto del cine? Todas las películas tienen su primera proyección programada en las salas de los Festivales, y son premiadas en los propios festivales. Los directores son aplaudidos en Cannes, San Sebastián, Rótterdam, Locarno, el Iberoamericano de Huelva, Málaga o Gijón... Películas que no encuentran lugar entre las salas de cine comercial e intentan llegar a ellas mediante el concurso de los festivales, mediante los estrenos locales. Lo que demuestra la afirmación de que el cuello de la botella del cine iberoamericano está en la distribución.

El nuevo circo de Cannes ya en la ciudad

El Circo de Cannes

Otros, sin embargo, como la argentina María Victoria Menis esperan que películas como La cámara oculta lleguen algún día a visionarse en España. La crítica de su país alaba su cine. Una película que cuenta la obsesión de los argentinos por la belleza, tanta que en las discotecas se regalan operaciones de cirugía, que en las fiestas de 15 se regalan operaciones de pecho. Una apreciación de lo feo desde el otro lado del charco.

No quiero decir con el esto que la proliferación cuantitativa de los festivales cinematográficos sean siempre positivos. Yo me quedo con Rubén Lardín, crítico de Cinemanía, los festivales son la excusa fílmica perfecta para que la rémora política pasee de largo por una alfombra. Los festivales no son las películas es el encuentro de profesionales del cine, que debaten acerca de la calidad en frames y se quedan fuera de las salas parloteando de nuevas tendencias. Pero eso sí, de cara al público son grandes escaparates de lo que se puede encontrar en las salas. Vamos un engaño vestido de oferta y engalanado de pomposidad, con grandes sumas de dinero escondidas bajo el telón.

El pobre de San Sebastián, según El País, ya ha dado la voz de alarma trastocado por el casi medio millón de euros que costaron (cada una) las dos últimas ediciones. El gobierno de Donosti ha decido cerrar el grifo, ¡que estamos en época de crisis señores! Y le corta el suministro aportando para la próxima edición un 10% (910.000 euros…Quien los quisiera). Mientras el Palau de les Arts de Valencia le metía a Bond en el bolsillo 100.000 euros para que estrenara en tierras del Mediterráneo su película Y eso que comparado con Venecia (7, 5 millones), Berlín (17) y Cannes (20) San Sebastián sigue siendo el cuarto festival más importante de Europa…Los italianos culpan de la anorexia de su cine a la multiplicación de festivales (lo decía el viernes 14 de noviembre El País) Me pregunto cuánto costarán los Oscar o los Globos de Oro.

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¿Alguien se ha parado alguna vez a pensar por qué el cine nunca pasa de moda?

Dibujo Cinematógrafo Lumière


Todo el mundo ve cine, distintos géneros o categorías pero todo el mundo consume cine.  Ha llovido mucho desde que T. A. Edison y los hermanos Lumière investigaron y pusieron los primeros ladrillos sin los que hoy la industria del cine no sería nada.

La industria del cine !oh gran industria que tanto dinero mueves! ¿Qué fórmula mágica hace que tus inversiones sean gigantescas y tus beneficios dantescos?

Como en toda industria, cuanto más intensa es la actividad, mayor flujo de capital produce. Cualquiera que sea el género;  acción, drama, comedia, documental, 3D, erótico, porno, etc., la producción cinematográfica arrastra a miles de espectadores que unas veces más y otras menos, pero siempre pagan. Y es que el cine ha reunido, prácticamente desde que nació, una serie de condiciones favorables que han facilitado su expansión mundial y un activo comercio internacional de circulación y consumo. Es necesario resaltar el CONSUMO, por que sin él no quedaría nada…

¿Por qué el cine es un producto fácil de vender e imperecedero? Creo que todo el mundo lo sabe pero no se ha dado cuenta. Son características del cine que, interrelacionadas, hacen del séptimo arte un filón de oro.

Su consumo en masa es un factor que abarata el coste. La posibilidad de la visión colectiva en salas es algo que no todo el mundo cuando está en el cine de su barrio se plantea.

El resultado final es duradero. Es decir, los nuevos soportes (los arcaicos negativos también, pero menos) permiten el almacenamiento indefinido y la re-reproducción tantas veces como se quiera. Eso sí, el contenido deja de ser actual. (Dónde quedarán esas míticas Indiana Jones de los sábados por la tarde en una semana perdida en mitad de julio).

Hace 10 años, el trabajo de copiar un negativo fílmico era costoso en cuanto a trabajo, pero relativamente barato y fácil si lo comparamos con filmar de nuevo la película cada vez que queramos una copia. La Era Digital ha traído la rápida y fácil multiplicación, tan fiel al original como se precise y a un precio reducido en relación con el coste inicial de producción. A veces es tan fácil la reproducción que se traspasa la legalidad.

La película, en definitiva, es de fácil transporte, por su reducido volumen y peso en cuanto a lo que a negativos se refiere, y si hablamos ya con propiedad y actualidad de los formatos digitales, el volumen y el peso se traduce en si cabe en un DVD o en dos.

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