En nuestro blog hablamos continuamente de productoras y productores, pero ¿sabe alguien qué papel desempeña el productor en el mundo del séptimo arte? Me aventuro, bibliografía en mano (Economía Cinematográfica. La producción y el comercio de películas, de Antonio Cuevas), a arrojar algo de luz sobre este otro protagonista del cine.
Se le confunde habitualmente con el capitalista o con un técnico de producción de alto nivel, pero realmente puede no ser ninguna de las dos cosas, o las dos a la vez. Como bien hemos hablado anteriormente, la producción cinematográfica está gobernada mundialmente por empresas especializadas en esta actividad, asociadas, o no, a otras, a su vez especializadas en el comercio internacional de audiovisuales. Otra cosa es ya el tamaño, las dimensiones y organizaciones, que varían según qué país. Además, no hace falta que se diga que entre las grandes compañias norteamericanas o japonesas y las empresas europeas hay muchisima distancia.
Sin dar más rodeos, vamos al papel de productor: es la persona que plantea, promueve, organiza y hace posible todo el proceso de realización y comercialización de un film, desde que nace la idea hasta alcanzar las copias de explotación y su entrada en los circuitos comerciales. En España también es frecuente encontrarlo con el nombre de «productor ejecutivo».
No sólo se ocupa de que el film salga adelante, sino también de que se venda dentro y fuera de sus fronteras, de su administración, así como de aspectos técnicos, económicos, fiscales, etc… A efectos empresariales, el productor debe ser un experto en los ciclos industrial, administrativo, técnico económico y comercial de la industria. Es decir, un crack que tiene que saber de todo.
Por tanto, cuando hablamos de productora, no podemos tratarla como tal si al frente de dicha empresa, o componiéndola, no se encuentra este personaje, que es el que realmente debe conocer todos los entresijos de la producción cinematográfica.